3/18/2009

mi cielo cladestino

"El amor es posesión en todos los sentidos"
Erick Ángeles Juárez

Era él. Lo amaba sin que me obligara a hacerlo. Yo podía hacerlo. Él jamás me amó, siempre lo supe y hoy, aun no tengo el valor suficiente para poder separarme de él, sé perfectamente que no ocuparé un espacio en él. Sólo me miento al intentar alcanzarlo y no lo lograré.

Las cosas comenzaron bien, con uno de mis múltiples tropiezos en mi curiosidad, caí al suelo y, mientras descansaba sobre mi espalda choqué con su mirada, una ranura de su iris en cuarto creciente me iluminó, su infinita belleza, me desvanecí en su ser.

Con el tiempo me fui induciendo a la complicidad de vernos a escondidas, de tocarle con el viento, de buscarle aunque estuviera presente. Abrí las ventanas de mi casa y él me pidió que quitara las cortinas, lo hice pero al poco tiempo contemplé que ya no me miraba, clandestinamente se introducía en mi mente, brotando en cada pensamiento; pero no pensaba en mi, no me buscaba, no me anhelaba como yo a él.

Intenté escapar, cerré las ventanas y lo notó, sus ojos, todo el tiempo vigilantes y ausentes me miraban sin mirarme, sin soltarme en libertad, asfixiando mi privacidad.

Hoy, mientras él parpadea en luna nueva, puedo descansar, respirar tranquila, extrañarlo a morir por la angustia de no tenerlo, de necesitarlo.

Hoy, en esta noche de gala, mientras los botones de su chaqueta brillan a millones de años luz, lo miro sin temor a ser vista, con el cosuelo de haberme enamorado de lo único que quizá nunca me podrá amar, de mi cielo que me hace sufrir, sin pudor a ser vista mientras lo espío, mientras desvisto sus adentros, mientras lo amo.
Él, tan calmado y constelado.