7/25/2009

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Hoy me he levantado temprano a pesar de las tres horas que dormí. Solo necesito un poco de maquillaje y una sonrisa para disimular cualquier cosa. Hoy tengo una cita.

En la noche me dio por pensar muchas cosas, recuerdos sobre todo, y me di cuenta que al destino le gusta jugar utilizando las causalidades como pieza principal. Trataré de explicarlo un poco mejor.

Ayer se termino mi relación con Josue, habíamos durado muchos soles y lunas, en verdad que llegué a amarle pero ahora eso ya no cuenta. Ayer fui a su casa, hablamos y terminamos, solo le pedí un último beso, una última herida de sus labios. Momentos después me encontraba cuesta abajo –y no solo de la calle sino también de ánimos-, en el primer puente peatonal me quede parada mirando los carros, mirando como iban y venían, por un segundo pensé en terminar con todo pero salí huyendo hacia la primera combi que pasó.

Llegué a Pericentro y pase al seven a comprarme un café. Camine un poco hasta llegar a un escalón cualquiera y me senté a pensar, a hundirme en mis meditaciones mientras mi mirada se encontraba perdida en el infinito, de pronto una voz penetró mis oídos.
-¿Marlen?
Giré la cabeza para ver al chico que me llamaba, quería saber quien había interrumpido mis meditaciones, quien me podría haberme reconocido en ese lugar. Al mirarlo desde ese ángulo se veía mas alto de lo que en realidad era, era güero y delgado, con el cabello un poco largo y no lograba recordarlo hasta que miré sus ojos, podría ser que él había cambiado desde la última vez que nos habíamos encontrado pero sus ojos, esa mirada no la olvidaría jamás.
-Sa… ¿Saúl?
-Hola, me da gusto que te acuerdes de mí. ¿Qué haces aquí?
-¿Yo?... este…estaba… nada y ¿tu?
-Vengo de trabajar y pase por unas cosas por aquí, iba hacia mi casa y me pareció verte, por eso me acerqué pero ¿No estas haciendo nada? A mi me pareció verte muy concentrada en algo, incluso te veo un poco triste ¿Estas bien?...
¡Oh! Parece que hablé de más pero no llores, dime ¿Qué tienes?

Saúl es el hermano de una amiga de la secundaria, hace tres años que no nos veíamos en persona pero manteníamos contacto por Internet, tenía algún tiempo que me había confesado sus sentimientos hacia mi pero yo lo había rechazado. En ese momento sus palabras me habían desconcertado un poco.

-Mmm… solo estoy un poco nostálgica. Disculpa ¿Qué hora es?
-Son las 7:35
-¡Ops! Lo siento pero ya es tarde y me tengo que ir, ¿que te parece si luego platicamos?
-Ok. Te acompaño a la parada.
-Claro
-Y como te gusta el café, mañana te invito a tomar uno ¿A dónde quieres ir?
-Pero si aun no acepto tu invitación
-Pero no te puedes negar porque soy tu novio, de chocolate pero soy tu novio, ¿Lo olvidaste?
-Jajaja Ya que lo pones así no me puedo negar, te veo aquí mañana.

En alguna conversación en el msn habíamos quedado como novios, él era mi noviesin chocolatoso. Llegamos a la parada y antes de subir al camión, el me besó en la mejilla con una dulzura inusual en él.
-Entonces te veo mañana Len
-Si, bye

Llegué a mi casa y tuve que someterme al sermón de mis padres, sin darme cuenta el tiempo se me había ido como agua y ni siquiera lo noté; eran aproximadamente las 9:30 cuando llegué. Cuando por fin estuve en mi cuarto cerré la puerta, puse algo de música y me recosté en la cama a pensar y pensar… La nostalgia no tardó en llegar a mis ojos y rápidamente mis lágrimas fueron desvaneciendo el sabor a sal, mi almohada estaba mojada y el cesto de basura lleno de papel. Me levanté y tomé sus fotos, las plumas que adornaban mi espejo –regalo de Josue-, mi globo, un peluche, en total todas las cosas que se encontraban colocadas estratégicamente para recordar y sentir –aunque fuera mentira- que él estaba ahí conmigo pasaron a formar parte de mi caja de recuerdos, la caja que escondo bajo la cabecera de mi cama, la caja que siempre tiene polvo.
Si no puedo olvidar el contenido de esa caja, por lo menos la guardo la caja para no recordar.
Esta mañana me he despertado algo temprano a juzgar por el insomnio que me acompaño la mayor parte de la noche. Me he duchado, vestido y desayunado un café. Ahora mismo voy de camino al centro para encontrarme con Saul en el primer anden del metro Bellas Artes. El maquillaje y mi sonrisa -aunque fingida-disfrasan perfectamente mi estado de ánimo.

Aun lo pienso y he llegado a la idea de que el destino es curioso y le gusta jugar usando la causalidad como pretexto; mientras se terminaba mi relacion con ahora mi ex-pareja y me daba a la huida para no romper en llanto, curiosamente tome una combi hacia el toreo y para reflexionar un poco caminé hacia pericentro, me compre un café en el seven y me sente en una jardinera junto a la entrada inferior, fue entonces cuando escuche una voz pronunciando mi nombre.

-¿