1/07/2014



Deberías besarme, 
así como ya no lo haces 
desde que nuestros labios
se fundieron por segunda vez.

1/01/2014

El instinto (parte III)



"...y el placer de experimentar"

Entras en mis cobijas, desnuda tú, desnudo yo. Me abrazas y me besas los labios, la dulce sensación de tus labios y los míos es inigualable, empiezas a bajar por mi cuello, llegando a mi pecho. El simple rose de tu respiración me pone la piel chinita, me gustaría levantarte y entrar en ti para escucharte gemir, pero me abstengo y dejo que continúes. Tus dedos bailan por el costado de mis piernas y llegas a mi entrepierna, el centro máximo del placer pero mantienes tu juego de seducción y solo rodeas mi sexo, sin tocarlo, solo incitando al deseo de ser tocado, a desear tu boca. 

Te acercas suave, lento, sensualmente.
Tus labios suben y bajan al vaiven de una flama, siento el calor de mi miembro y las palpitaciones como pequeñas explosiones de placer. Es un milagro sentir como cada parte de mi pene, recto y firme baila dentro de tu boca. Por un momento te aleja un poco mientras maniobras con mis genitales y me miras, tan seximente, que no puedo evitar sentir que puedo venirme en cualquier momento.

"Tiembla, la vida como con miedo hay veces que tiembla
Y nada tiene que ver con el aire
Que mueve tu ropa en noches de luna escueta
Que aprieta, suelta y evoca y me enloquece
Y tiembla por los latidos que tú provocas
Y también porque el querer es temblar a veces"
Semilla en la tierra.- Carlos Chaouen