8/13/2015

Carta de alianza

Hola
¿Qué tal has estado? Espero bien. Hace tiempo, mucho tiempo para ser sincera, que pienso en ti, hace tanto que nos dejamos, bueno, para ser más justos, que decidí que era momento de enterrarte en el fondo de mi mente. ¿Recuerdas por qué? Seguro que sí, pero no está de más escribirte mi versión. Corría el año de dos mil algo y ya llevábamos mucho tiempo defendiéndonos, cuidándonos, eras mi escudo y yo la espada, tú eras mi tenacidad y yo el motor, recuerdo que íbamos bien, llevábamos bastante tiempo soportando tempestades y pisando los cadáveres de quienes no nos ayudaban a seguir. Me encanta el modo en que ahora se ven las cosas, desde lejos y fuera del paisaje, pero empezamos a tener problemas, no sólo éramos tu y yo, empezaron a haber dudas, inseguridad, desconfianza y todo ello nos llevó (me llevó) a tomar la decisión de dejarte libre (escondido) en lo más profundo de mi. Sé que me advertiste que las cosas iban a ser más difíciles sin ti y que te debilitarías, aunque ahora veo que tenías razón, era un mal necesario estar distantes para poder desarrollar otras habilidades.
Han pasado estos años, y a razón de darme cuenta que realmente te necesito, he decidido dejarte volver a mi vida, pero ya no dependo de ti, debemos darnos la mano  seguir, necesito que acalles mi conciencia, que me enfríes la mente, que caminemos por el pavimento, con paso firme y audaz, siempre hacia la meta.

Discúlpame mucho, orgullo mío, es hora de una alianza porque no quiero volver a decir esa frase que nos separó, no quiero volver a rendirme ante nadie ni nada.