12/28/2013

El instinto (parte I)



El instinto animal es lo que convierte al más dócil de las mascotas en el cazador más voraz.
El instinto  de reproducción mantiene a la tierra poblada de toda clase de seres vivos en el mar, la tierra y el cielo.
Un cerebro más desarrollado mantiene el deseo y el placer.

El deseo de sentir y el placer de experimentar.

Es por esta razón que sé que lo que siento por ti es deseo impregnado de un poco de amor con la conciencia de que para ti solo soy un juguete sexual, víctima del común acuerdo de mantener nuestros cuerpos frescos al hervor del placer. Si pudiera ser de otra manera, mis dedos no buscarían el húmedo de tus labios o la tierna caricia entre los muslos. Quizá en un universo paralelo somos dos felices enamorados gozosos de un silencio entre las miradas con la música de Tchaikovsky de fondo mientras terminamos una cena normal, después de un día común, en un apartamento replica de dos millones iguales.
Pero estamos en el único con vista a la fiesta urbana que día y noche no cesa de celebrar, aquí en este rincón entre mis impresiones de papel algodón y tus pinturas al óleo, puedo desnudar tu cuerpo sobre el restirador o junto a la cocina, comerte tres veces al día si la ocasión lo permite y hacerte el amor  entre Stratovarius y Sabina.
Me gusta sentarme a tu lado en el sofá porque el atardecer es más hermoso,  tu olor a frutas es delicioso y me vuelve loco la forma en que me miras con tus lentes; me da por pensar que lo que te mantiene conmigo es la costumbre y no este amor carcomido que nos unió.

¿Qué clase de payasos somos? 
¿A qué estamos jugando?
¿Recuerdas que te amo?

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

good material :D