Dicen que cuando encuentras a una persona con la cual se
puede hablar por horas y nunca aburrirse, con la que se puede hablar de cualquier
cosa sin ser juzgado, la persona distinta a las demás, es ella el alma
gemela y que no hay que dejar que se aleje de nuestra vida.
Dicen que nadie encuentra su camino sin haberse perdido
varias veces.
Dicen que si algo es demasiado bonito para ser cierto, es
que no lo es.
Pienso que el camino está lleno de ramificaciones y nexos, aún
hace falta viajar por otras veredas y no me puedo detener a esperar.
Disfruto de todo y, como el río, me mantengo igual y
diferente, fluyendo y permaneciendo.
Pienso que me encontraré con espejismos porque son el
reflejo de nuestros más profundos deseos, de la saciedad de nuestras carencias
y la desesperación por encontrar lo que tenemos y no vemos.
Y eso fuimos.
Estas son las únicas palabras, el ultimo motivo que me queda
para llamarte por tu nombre, no con rabia ni con llanto, no espero que vuelvas,
ni esperaba que te fueras y mucho menos que te quedaras.
Solo vivías en mi imaginación, en ese espacio comprendido
entre la realidad y las realidades alternas de otros mundos paralelos.
Eres libre, tan libre como te conocí, el hecho de que te detuvieras al lado de mis aguas y miraras tu reflejo es un milagro que disfruté.
"La última vez que estuvieron
juntos lo había presentido, y se alegraba en medio del dolor de la
pérdida, de haberle atraído tan intimamente hacia su corazón aquella
última vez, de haberse sentido atraída y poseída una vez más enteramente
por él"
Siddartha. Hermann Hesse
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